CINE DE LOS CUARENTA (CUARTA PARTE)
Durante 1948, los grandes estudios hollywoodenses compitieron entre sí por batir récords de sufrimiento de los personajes de sus películas. Mientras eso ocurría, los británicos invadieron las pantallas norteamericanas y Europa vivía uno de sus períodos más óptimos en cuanto a producción cinematográfica, llegando a cimas no alcanzadas anteriormente. ORSON WELLES dirigía a RITA HAYWOORTH en "La Dama de Shanghai". WELLES se adjudicó en la película el papel de hombre objeto de las viperinas manipulaciones de la HAYWOORTH, a quien tiñó de rubio, omitió cualquier primer plano de su bello rostro y, por si fuera poco, la liquidó en la secuencia final. Los últimos minutos fueron esencialmente apoteósicos, pues desorientados en el interior de un laberinto de espejos, WELLES y RITA ajustaban cuentas, más o menos como en la realidad, pues ambos se divorciaron inmediatamente después de haber acabado el rodaje.
Quizá fue CLAIRE TREVOR quien se llevó la palma en lo referente a vejaciones. En la soberbia película de JOHN HUSTON, "Cayo Largo", encarnaba a una alcohólica prostituta al servicio de EDWARD G. ROBINSON, quien mantenía como rehenes a LIONEL BARRIMORE, LAUREN BACALL y HUMPHREY BOGART. En una determinada secuencia, ROBINSON la humillaba ante todos obligándola a cantar a cambio de un trago. Valió la pena, porque la actriz ganaría el Oscar y el filme sería altamente comercial. Lo bastante como para que WARNER permitiera a HOUSTON y a BOGART rodar "El Tesoro de Sierra Madre", sobre las desventuras de tres buscadores de oro en tierras mexicanas, que se destruyen entre sí cegados por la avaricia. Sorprendentemente fue un fracaso comercial que enfureció al magnate de la WARNER y le hizo declarar la famosa apostilla de "...Ahora sé qué oro estaban buscando...!EL MÍO!".
Si el "Tesoro de Sierra Madre" reunía todos los elementos para llenar las salas de los cines y no lo consiguió, el "HAMLET" de LAWRENCE OLIVIER - considerado como el mejor intérprete de SHAKESPEARE - tiñéndose de rubio para recitar el "Ser o no Ser", lo tenía en principio, mucho peor: la película era británica, duraba dos horas y media, adaptaba el texto de SHAKESPEARE y el lenguaje era del todo ajeno a los habitantes de Kentucky y Wyoming. Sin embargo, fue un éxito, permitiendo a OLIVIER sacar adelante esta "tragedia de un hombre que no pudo tomar la decisión adecuada". También cautivó, contra todo pronóstico, el melodrama británico, "Las zapatillas rojas", vital y colorista, empleando una estética muy cromática para versionar el cuento de ANDERSEN, sobre la muchacha que baila hasta morir, en unas bellísimas secuencias de ballet que fomentó la afición a ese estilo de danza.
Otros films de este año serían "OLIVER TWIST", en el que ALEC GUINNES encarnaba al repulsivo y avaro FAGIN, dentro de una maravillosa recreación de la novela de DICKENS, con una perfecta interpretación y una excelente puesta en escena por parte del equipo técnico, que consigue en cada secuencia el máximo impacto; "Río Rojo", con WALTER BRENNAN, como intérprete secundario imprescindible en una película de HOWARD HAWKS; "El Pirata", con GENE KELLY y JUDY GARLAND elevando la categoría del género musical al entonar la memorable "Be a Clown", de COLE PORTER; "La Soga", en la que dos amigos asesinan a un tercero e invitan a JAMES STEWART al escenario del crimen para demostrar que son intelectualmente superiores; "Niñera Moderna", en la que CLIFFTON WEBB daba fama a un personaje - Mr. BELVEDERE - ; o "JENNIE", en la que JENNIFFER JONES encarnaba a una misteriosa muchacha, muerta tiempo atrás, que se aparecía ante un pintor sin éxito, quien, poco a poco iba obsesionándose con ella. La secuencia final, en la que él intentaba enmendar errores del pasado en medio de una espantosa tormenta, fue antológica.
Mientras tanto, en ITALIA, DE SICA realizaba "Ladrón de Bicicletas", amarga crónica de la posguerra, que es considerada, unánimemente, como una de las obras maestras del cine; SILVANA MANGANO, por su parte, era lanzada al estrellato gracias a su sensual presencia en "Arroz amargo", donde encarnaba a una pobre muchacha dedicada al cultivo del arroz, con un chulesco VITTORIO GASSMANN que le daba el contrapunto. Por su parte, LUCHINO VISCONTI realizaba el magnifico film , "La Terra Trema".
1949 fue el año en que los adulterios, las mujeres amargadas y la guerra o sus consecuencias, constituyeron el material en el que se basaron buena parte de los títulos filmográficos. Año en el que, a mayor abundamiento, INGRID BERGMAN se refugiaba en una comunidad de pescadores y SARA MONTIEL comulgaba con el hinduismo. Fue un año bastante disperso, pero destacaron algunos títulos que acabarían siendo fundamentales para la historia del cine.
Tras el éxito, dos temporadas antes, de "La barrera invisible", DARRIL F. ZANUCK volvió a contar con GREGORY PECK para protagonizar un melodrama titulado "Almas en la hoguera", en la que el actor encarnaba a un oficial destinado al frente para levantar la moral de un comendo de aviación que había sufrido severas derrotas. El magnate de la FOX acertó de nuevo y el film fue ampliamente aclamado. Mientras tanto, LOUIS B. MAYER, celebraba el veinticinco aniversario del Estudio con la presentación de "Fuego en la nieve", odisea sobre los avatares de un grupo de soldados en la batalla del Volga, en la que PAUL C. VOGEL realizaba un soberbio trabajo de iluminación y cámara partiendo del evidente predominio blanco de la nieve. Mientras, en la modesta REPUBLIC estrenaban la película más cara de su historia, "Arenas Sangrientas", anunciada con la nada modesta leyenda "¿Su argumento fue escrito con la sangre de los gloriosos marines de los Estados Unidos!". El protagonista, JOHN WAYNE, se dedicó después a perseguir a unos indios escapados de una reserva en "La Legión Invencible", segundo título de la trilogía de JOHN FORD sobre la caballería norteamericana (tras "Fort Apache" y antes de "Río Grande"), Finalmente, otro campo de batalla que atrajo considerablemente la atención fue el de las intrigas políticas que reflejaba la película de ROBERT ROSSEN, "El Político", en la que BRODERICK CRAWFORD bordaba y daba verosimilitud a su gran papel de individuo sin escrúpulos. Todo ello sin olvidar las tramas amorosas entre personalidades del mundo cinematográfico, constituyendo el romance del año el de INGRID BERGMAN y ROBERTO ROSELLINI, al tiempo que la mítica RITA HAYWOORTH casaba con ALÍ KHAN, hijo del AGA KHAN.
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