sábado, 9 de octubre de 2021


TEATRO BRETÓN


ALHAMBRA


CINEMA DIANA

CINE DE LOS CUARENTA EN ESPAÑA Y LA RIOJA.

     

       El año 1940, el gran film de CHAPLIN, "El Gran Dictador", no era visionada en nuestro país, pues su pase fue prohibido por el régimen franquista. Por contra, CONCHITA PIQUER y ESTRELLITA CASTRO, triunfaban en el cine con "La Dolores" y "La Gitanilla", al tiempo que MARY CARRILLO  quería llegar a su altura, habiendo triunfado con "MARIANELA".  Comenzaba, o más bien, proseguía la propaganda de los "Vencedores de la Cruzada", con engendros como "RAZA" (1942), realizada por SÀENZ DE HEREDIA, (enlazado parentalmente  con el fundador de la FALANGE,  JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA), y basada en un guion del propio FRANCO, mientras por su parte, AMPARO RIVELLES abanderaría en aquellos momentos la nueva generación de actrices, de la misma manera que ALFREDO MAYO, lo haría con los actores. 

     En esta posguerra de la persecución de los "Rojos", del alineamiento con los nazis, a pesar de la neutralidad franquista, y del terror de los "Vencidos" a ser represaliados, en 1944 , aparecía en el cine español MARÍA ANTONIA ABAD, o sea, SARITA MONTIEL, debutando junto a FERNANDO FERNÁN GÓMEZ con "Empezó en Boda". Era una época de la que se escribiría con posterioridad : "Se buscaban mitos para para olvidar las penas: ARTURITO (un niño prodigio del ajedrez) y SARITA, para arrinconar las penurias".

     Y en estos años Cuarenta, una pequeña ciudad como era el Logroño de entonces, padecía (como todo el país) las consecuencias y los efectos de la reciente Guerra Civil, en un ambiente entre resignado y festero, intentando aliviar el hambre de la posguerra  - más intenso durante la segunda mitad de la cuarentena, debido al aislamiento económico de los ganadores de la Segunda Guerra Mundial - de la mejor manera posible, mientras el estraperlo seguía haciendo sus estragos, (esa medida antisocial se practicaba  - en venta de bollos a precios prohibitivos - en la Calle Cuatro Cantones, al lado de los ultramarinos de María la Guapa, en el cruce de la calle Mayor con la calle Mercaderes)  y el Nacionalcatolicismo extendía sus tentáculos por doquiera, para evitar que las fervorosas almas de los "Vencedores" no se le descarriaran. 

     Y una manera de alejar el fantasma de la necesidad cotidiana, era el avistamiento de las llamadas "películas de teléfono blanco" (símbolo de lujo desmedido), y de esta manera, el cine se convertía en una forma de olvidar por unas horas - se trataba en general de programas dobles - las  miserias cotidianas y evadirse por tanto de la deprimente realidad que a la salida le esperaba al espectador. En 1940, dentro de este contexto, se construía el FRONTÓN CINEMA, en un paño de lo poco que quedara de la muralla de la ciudad, y en 1941, tenía lugar la inauguración del CINE DIANA, con bellos murales pintados por FRANCISCO GARRIDO. A ellos se añadiría el TEATRO BRETÓN  - ya existente, y reformado en los cincuenta - el TEATRO MODERNO y el CINE OLYMPIA, creado en 1929. 

    El año 1945, se inauguraba el CINE ALHAMBRA, en el lugar donde más tarde se situaría el también desaparecido ASTORIA, resultando sobresaliente por lo anecdótico, la llegada de "LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ" a la ciudad, varios años después de su estreno, tanto por su  duración  como por el exorbitante dinero que para aquella época costaba su contemplación:  entre tres duros y veinticinco pesetas. Pero el estreno de "GILDA" no le fue a la zaga, y también en estos lares se divulgó la fantasía de que el acto de desprendimiento de guante de RITA HAYWOORTH era en su versión original, un "streeptease".




     

 

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