martes, 23 de noviembre de 2021

EL LLAMADO ARTE, EN ESPAÑA, DURANTE LA DÉCADA DE LOS OCHENTA (PRIMERA PARTE)

                               F E R R Á N        G A R C Í  A         S E V I L L A

                           O B R A         D E       M I K EL       B A R C E L Ó



                                        M  I  K  E  L            B  A  R  C  E  L  Ó
EL LLAMADO ARTE, EN ESPAÑA, DURANTE LA DÉCADA DE LOS OCHENTA  (PRIMERA PARTE)


           En lo que atañe a las Artes Plásticas españolas, en los albores de los Ochenta , "desaparecen las reticencias hacia los géneros tradicionales y presenciamos una consagración definitiva de la pintura (1), tras el MINIMALISMO, el LAND ART, el BODY ART, el PERFORMANCE y el HAPPENING. "Aproximadamente por esas fechas en nuestro país comienzan a extenderse por doquier entreveradas frondas que, a pesar  de ciertas ramas viciadas, van configurando una espesura que en su momento pareciera prometedora"(2) . En una cultura en la que tanto prima el espectáculo y la escenografía, AL ARTE ESPAÑOL NO LE SOBRABAN NI TENDERETES, y en una coyuntura en la que tanto se valoraban las señas de identidad, NUESTRO ARTE NO ACABABA DE ENCONTRAR LAS SUYAS, como consecuencia de la tardía autoconsciencia de la modernidad en el interior del país o las bruscas interrupciones de la misma". "Le faltaba la "TRADICIÓN DE LO NUEVO" Y DE LAS INSTITUCIONES QUE LO HABÍAN CONFORMADO : MUSEOS, COLECCIONISMO, EXPOSICIONES QUE TUVIERAN UN SUSTRATO DE CULTURA, Y NO ÚNICAMENTE "FERIAS DE VANIDADES"(3)  - REINA SOFÍA, MUSEO THYSSEN, "ARCO" - "ADEMÁS DE PUBLICACIONES CON PANORÁMICAS GLOBALES Y MONOGRÁFICAS. Todo un conjunto de factores que conllevaba la inevitable proliferación de mimetismos neoexpresionistas o de la transvanguardia, así como ese agarrarse cada cual a donde puede, buscando contradictoriamente una identidad nacional o regional, frente al "Internacionalismo Moderno".

           En sus momentos primigenios, LA PROLIFERACIÓN DE LOS VITALISMOS ARTÍSTICOS JALONANDO LA MODERNIDAD PLURAL caracterizará la escena artística de los Ochenta. En tales vitalismos "Andan vestigios de una cierta sensibilidad dionisíaca que transfigura lo feo, lo disarmónico, en materia prima e impulso inicial de toda creación"(4) - "PINTURA VIOLENTA", "INTENSIDAD ROTA" - para traslucir en la pintura esos modos de grupos minoritarios y marginados, tan inmersos en subculturas como el mundo de la discoteca, del PUNK, del ROCK" (5), del GRUNGE, más tarde de la homosexualidad, el travestismo o la prostitución, en una intensa relación con la vivencia urbana y los vitalismos de la Acción : los "GRAFFITTIS". Con una ESTÉTICA DE LO FEO, como lo es también lo antiestético en el vestir marginal, "MALA PINTURA", próxima a una estética de la destrucción, con imágenes de vida y de placer, pero también de muerte, estimulando iconografías del DESASTRE Y LA CATÁSTROFE. Todo ello en una época de ansiedad  y en unos años que desprovistos de la imaginación libertaria de la "Década Prodigiosa", habían imparablemente iniciado una cuesta abajo tanto en la sociedad  - CRISIS DE LAS CONCIENCIAS, CRISIS IDEOLÓGICA, CRISIS SOCIAL, PARO... como secuela de la Guerra del Petróleo del 73, CATASTROFISMO presente en la Cinematografía, propia de una época de CONVULSIONISMO ECONÓMICO ("Aeropuerto" y sus derivados;  "La Aventura del Poseidón"; "El Coloso en Llamas"; "Terremoto", "Pelham uno, dos, tres..."; "Towering Inferno". etc.), TAMBALEAMIENTO DEL CONOCIDO COMO ESTADO DEL BIENESTAR, APARICIÓN DE LOS NUEVOS POBRES, FUNDAMENTALISMO RELIGIOSO, PÉRDIDA DEL IZQUIERDISMO IDEOLÓGICO, CONSERVADURISMO ECLESIAL CON EL NUEVO PAPA QUE VINO DEL ESTE - como en la plasmación de la HORTEREZ DEL "SABADO NOCHE", al tiempo que el sustrato expresionista destilaba un GUSTO POR LO PRIMITIVO que bien pudiera estar simbolizado por la abundante presencia de personajes negros, salvajes, orientales, imágenes todas ellas de pueblos más primitivos, COMO REACCIÓN A LA LLAMADA CIVILIZACIÓN QUE COMENZABA POR ALIENAR PRIMERO Y ANIQUILAR DESPUÉS A TODAS SUS CRIATURAS. Con este primitivismo se emparentaban las regresiones a los procesos primarios de FERRÁN GARCÍA SEVILLA, la animalística de BARCELÓ, o las "IMAGES DOS 80" de Galicia, de peculiar arcaísmo. 

            "Tampoco faltan en esta amplia gama de VITALISMOS LOS INDICIOS DE UN RETORNO AL SIMBOLISMO con apariciones de Argonautas, Minotauros, Orión, Pegasos, Prometeos, Hiperión, Sirenas, Venus y otros héroes délficos en un mundo en el cual se han ECLIPSADO LOS ESTADOS HEROICOS" (6), y han sido sustituidos por EL OPORTUNISMO, EL MISERABILISMO, LA FALTA DE DIGNIDAD, LA SUMISIÓN EXCLUSIVAMENTE REDUCIDA A PARÁMETROS MATERIALES, LA PÉRDIDA MÁS  ABSOLUTA DE GRANDEZA HUMANA, LA PERVERSIÓN ESCANDALOSA DE UNA JUVENTUD QUE CONTEMPLA A IMPRESENTABLES PERSONAJILLOS COMO TRIUNFANTES EN UNA FAUNA AUTÉNTICAMENTE BIODEGRADABLE,  "Simbolismo en el que resuenan los ecos tardorrománticos de una lírica subjetiva, de una "Nueva Mitología", que se entreteje en las urdimbres primitivas de nuestra psique o de nuestra cultura etnológica, en la que se han diluído los vestigios numinosos. La  nueva mitología es la expresión de esa libertad iconográfica que nos acompaña tras la disolución de los grandes bloques paganos o cristianos" . (7)

         En un polo opuesto al Vitalismo, se deriva DENTRO DEL CONSERVADURISMO PROPIO DEL MOMENTO A QUE NOS ESTAMOS REFIRIENDO, UNA VEZ MÁS, EL RETORNO AL ORDEN, al CLASICISMO (sobre todo después de la pérdida  referencial de un  mundo como el Comunista...) desde la nostalgia de un orden que se sabe irrecuperable, de tal manera, que, tras la evocación del mito y lo arquetípico, "del paisaje como Arcadia incontaminada por el progreso, o gracias, en fin, al hecho de asumir la máscara y el travestismo estilístico como juego creador, se produce una sintonía con las fibras de la desparramada sensibilidad aunque sea en los fragmentos más débiles y colindantes con el "NEOHISTORICISMO". 

       "Por otra parte, entre los RASGOS DISTINTIVOS DE LA DISEMINACIÓN POSMODERNA, RESALTAN LA VUELTA FRENÉTICA A LAS IMÁGENES Y UN ABANDONO DEL REDUCCIONISMO FORMAL. El artista de la época dispone de un gran arsenal de imágenes y podría ser considerado un fabricante de las mismas. La imagen pictórica de los Ochenta se asemeja a un conglomerado de energías visuales, táctiles y psicosomáticas apenas vislumbradas por la consciencia. En ella interesa el intercambio entre el cuerpo del artista, las técnicas, la fantasía, y el fluir repentino o paulatino de la pintura. No sorprende, pues, que el material icónico PREFERIDO SEA LA FIGURA HUMANA Y LOS OBJETOS O EL  MEDIO FÍSICO Y ANTROPOLÓGICO MÁS INMEDIATO EN QUE SE DESENVUELVE EL PROPIO CUERPO. Habría que reparar en temáticas tan desatendidas como la emergencia auroral de los objetos y la figura humana desde la propia materia y la superficie, los espacios amorfos y los laberínticos, el  nuevo protagonismo del color, los vínculos entre el cuerpo y la gestualidad, la distancia entre la figura y el objeto reconocido y reconocible, en suma, la impulsión fragmentaria de territorios escasamente explorados"(8) .

      (1) Marchán Fiz, Simón .- "Del Arte Objetual al Arte de Concepto", pág. 321 .-Ed. AKAL, 1986.

      (2) Ibidem, pág. 323.

      (3) Ibidem, pág. 324.

      (4) Ibidem, pág. 325.

      (5) Ibidem, pág. 326.

      (6) Ibidem, pág. 331.

      (7) Ibidem.

      (8) Ibidem, pág. 334.

           (Continúa...)



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